El tenis, aunque no es el deporte más popular en Bolivia —donde el fútbol acapara la mayoría de la atención—, ha tenido un crecimiento sostenido y una historia llena de esfuerzo, talento y pasión. Desde los primeros clubes fundados a mediados del siglo XX hasta las destacadas participaciones de jugadores bolivianos en torneos internacionales, este deporte ha logrado ganarse un lugar importante en el panorama deportivo nacional.
En este artículo repasaremos la evolución del tenis en Bolivia, los momentos históricos que marcaron su desarrollo y los nombres que han llevado la bandera boliviana a lo más alto en las canchas del mundo.
Los inicios del tenis en Bolivia
El tenis llegó a Bolivia a principios del siglo XX, introducido por colonias extranjeras y diplomáticos británicos que residían en ciudades como La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. En sus primeros años, el deporte se practicaba principalmente en clubes privados y era considerado una actividad de élite, reservada para un pequeño grupo de aficionados.
Uno de los primeros clubes de tenis del país fue el La Paz Lawn Tennis Club, fundado en 1915, que se convirtió en el centro neurálgico de la práctica del deporte en la sede de gobierno. Posteriormente, otras ciudades como Cochabamba y Santa Cruz siguieron el ejemplo, dando origen a una red de clubes y federaciones locales que fomentaron la organización de torneos y la formación de jugadores.
Durante las décadas de 1950 y 1960, el tenis comenzó a ganar mayor popularidad y se crearon los primeros campeonatos nacionales, bajo la supervisión de la Federación Boliviana de Tenis (FBT), fundada en 1955. La FBT se afilió a la Federación Internacional de Tenis (ITF), lo que permitió a Bolivia participar oficialmente en competencias internacionales.
Desarrollo y consolidación del tenis nacional
En las décadas siguientes, el tenis boliviano comenzó a consolidarse con la organización de torneos nacionales, la creación de escuelas de formación y la participación de atletas en la Copa Davis, el principal torneo por equipos masculinos del mundo.
Bolivia debutó en la Copa Davis en 1971, marcando el inicio de su historia competitiva en el ámbito internacional.
A lo largo de los años, varios jugadores bolivianos destacaron por su talento y dedicación, lo que permitió al país mantener una presencia constante en las categorías juveniles y profesionales. Aunque el camino ha sido difícil por la falta de infraestructura y apoyo económico, el amor por el tenis se ha mantenido vivo gracias a generaciones de deportistas que han defendido los colores nacionales con orgullo.
Los grandes jugadores del tenis boliviano
Hugo Dellien: el Tigre de Trinidad
Sin duda, el nombre más reconocido del tenis boliviano en la actualidad es Hugo Dellien. Nacido en Trinidad, Beni, en 1993, Dellien ha sido el jugador más exitoso del país en la era moderna. Llegó a ubicarse entre los 100 mejores del ranking ATP, un logro histórico para Bolivia, y ha representado al país en múltiples competencias internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Con varios títulos en torneos Challenger y Futures, Dellien ha sido una inspiración para nuevas generaciones, demostrando que con trabajo y disciplina se puede competir al más alto nivel, incluso desde un país con recursos limitados para el tenis profesional.
María Fernanda Álvarez Terán: pionera en el tenis femenino
En el ámbito femenino, María Fernanda Álvarez Terán ha sido una de las máximas exponentes del tenis boliviano. Nacida en Santa Cruz de la Sierra en 1989, llegó a ubicarse dentro del Top 200 del ranking WTA y representó a Bolivia en múltiples ediciones de la Fed Cup (hoy Copa Billie Jean King).
Álvarez abrió el camino para muchas jóvenes tenistas bolivianas y se convirtió en un símbolo del esfuerzo femenino en un deporte históricamente dominado por hombres.
Diego Chávez y Federico Zeballos: la nueva generación
En los últimos años, el tenis boliviano ha contado con nuevos talentos como Diego Chávez, Federico Zeballos y Murkel Dellien (hermano menor de Hugo). Zeballos, nacido en Santa Cruz, se ha destacado especialmente en la modalidad de dobles, logrando importantes victorias en torneos internacionales.
Murkel Dellien, por su parte, continúa la tradición familiar con una prometedora carrera profesional. Su ascenso en el ranking ATP ha demostrado que el tenis boliviano tiene futuro y que el legado de su hermano mayor sigue inspirando.
Infraestructura y torneos nacionales
El crecimiento del tenis en Bolivia también se refleja en la infraestructura y la organización de torneos. Ciudades como Santa Cruz, Cochabamba y La Paz albergan campeonatos nacionales y circuitos juveniles avalados por la FBT. Además, Bolivia ha sido sede de torneos internacionales ITF Futures y Challenger, lo que brinda a los jugadores locales la oportunidad de sumar puntos y experiencia sin tener que salir del país.
La FBT, junto con las asociaciones departamentales, ha impulsado la creación de escuelas de tenis y programas de formación en diferentes regiones. Aunque todavía existe un largo camino por recorrer en materia de apoyo estatal y patrocinio privado, los avances son notables y la base de jugadores jóvenes sigue creciendo.
El tenis boliviano vive un momento de renovación. Con la experiencia de figuras consagradas y el empuje de las nuevas generaciones, el país busca consolidar su presencia en el circuito sudamericano e internacional. El reto principal sigue siendo el mismo: invertir en infraestructura, formación y apoyo a los atletas.
El éxito de jugadores como Hugo Dellien ha demostrado que el talento boliviano puede competir de igual a igual con potencias mundiales, y su ejemplo ha motivado a muchos jóvenes a tomar la raqueta y soñar con representar a Bolivia en los grandes torneos.